ALGUNOS APUNTES ALREDEDOR DE LA METAMORFOSIS DE KAFKA:

 

Partamos de la base de que todos los géneros literarios necesitan de un nudo problemático. Lo que Rosemary Jackson marca en definitiva no es sino el problema del género. Si pensamos en como esa relación entre la visibilización de lo invisible por un lado y articular lo que no se dice por el otro entonces "La metamorfosis" es un relato ideal para mostrarle a alguien que no conoce absolutamente nada de "lo fantástico" lo que significa justamente la literatura fantástica.

 

¿Por qué? porque este es un relato que posee distintos niveles o capas de interpretación. Podemos mantener con él una lectura de interpretación contextual/histórica (El judío atrapado en un mundo que gira a la extrema derecha); podemos pensarlo como un enorme relato sobre la condición humana (con sus temas comunes de soledad e incomprensión); podemos pensarlo desde la lógica de la alienación (¿a nadie le llama la atención que un tipo que se despierta convertido en insecto pase sus primeras horas como tal pensando en sus obligaciones para con su trabajo? ¿No hay acaso, allí, una cosificación del sujeto a la manera en que Lukacs lo define? ¿No hay, también, un problema económico revelado a través de que su condición representa un salario menos para la casa?); o podemos tener la lectura escolar (leí este relato en 2006 atravesando mi secundaria, ya en ese entonces la lectura que el profesor o la profesora de lengua y literatura exponía era la cuestión de la discriminación, los problemas del adolescente con su cuerpo y ese "no hallarse" en ningún lado). Todas son lecturas válidas. Todas, también, no dejan de moverse a través del hecho incuestionable de que Samsa se despierta convertido en insecto.

 

Este hecho, que funda el relato, es indudablemente un elemento fantástico. Víktor Borísovich Shklovski, formalista ruso, uno de los fundadores de la Opoyaz, habló del concepto de extrañamiento. Lo interesante en la definición que da del concepto es que para él, el objetivo del arte literario es volver extraño lo que se constituye ante nuestros ojos como lo común. Claro que es bastante sorprendente la posibilidad de que una persona se acueste y se despierte a la mañana siguiente convertida en insecto pero el foco del extrañamiento no está allí, se encuentra sobre el hecho fantástico de que el protagonista no se pregunte tanto por su cuerpo como por el despertador, por el hecho de que el despertador no haya sonado y él se haya quedado, irremediablemente dormido.

 

Otro elemento destacable del relato es que aunque su forma física haya cambiado, su conciencia sigue marcando el paso del tiempo dentro del relato. Él sabe perfectamente del paso de las horas, la llegada del día y su alternancia con la noche. Ese tiempo dentro del relato transmite una idea de precisión rigurosa que está en estrecha concordancia con el espacio donde se desarrolla el núcleo del relato: La habitación de Gregorio Samsa. Esa habitación, ese espacio físico perfectamente descripto tiene características de celda: Espacio pequeño, muebles acotados, ventana, cama y puerta. Todo narrado con una sobriedad estilística y una precisión que nos hace pensar que Kafka conoció ese lugar. Abelardo Castillo decía en sus diarios que cuando uno no conoce bien aquello sobre lo que escribe, tiene la costumbre de adjetivar de más. Es una manera de disimular falencias. Más allá de que cualquier relato de Kafka abunda en ejemplos de una prosa precisa y despojada de fastos, en este relato puntual eso se nota.

 

Piglia, en "el último lector" habla largamente de la relación de Kafka con el espacio. Este espacio parece siempre comprimirse, siempre cerrarse, siempre achicarse en algunos momentos. En otros, es puro vértigo y no se acaba nunca (pienso ahora en los relatos "Ante la ley" y "Un mensaje imperial". Ambos relatos se pierden en el vértigo de la contemplación infinita). En ambos casos siempre es un problema notable. El escenario planteado por el autor en cada posibilidad siempre es hostil al personaje de la historia.

 

Lateralidad: En "El proceso" gran parte de la novela transcurre en la habitación de Josef K. Este protagonista tiene el mismo mobiliario básico que encontramos enumerado en la metamorfosis (cama, sofá/sillón, mesa/escritorio) y una disposición de una puerta, y una ventana sobre las que lo que se encuentra como medio es la cama. La cama es el lugar donde tanto Gregorio Samsa se atormenta por primera vez, como donde Josef K. reflexiona sobre el por qué vienen a llevárselo justamente a él.  ¿Por qué resalto esto? porque a lo largo de las "Cartas a Milena" de Kafka la serie se inicia con el escribiéndole desde una pensión en la que viviría 3 meses que tiene el mismo mobiliario (lo describe en sus cartas) que el que podemos contemplar que existe en "La metamorfosis" es decir, es un lugar conocido, bien conocido, pero absolutamente impersonal, extraño y con el cual solo existe una relación puramente objetual.

 

Respecto de la relación entre el protagonista y su cuerpo, es interesante saber que aquí el cuerpo es un extraño doliente. El cuerpo se siente como ajeno, pero el dolor que siente (frente a la parte de su vientre que se lastima, frente a sus mandíbulas que se hieren al abrir la puerta, frente a dos de sus seis patas que dejan de funcionar) no se siente como ajeno. Es una relación paradójica. El cuerpo acá traiciona, falla, se resiente. Gregorio es una persona que no sabe utilizarlo porque no lo entiende como propio. Lo interesante también es la relación que los otros sostienen con ese cuerpo. Más allá del padre y la madre que lo ven como un insecto, la hermana se empeña durante gran parte del relato de seguir buscando su humanidad. Las pruebas que hace con la comida son un ejemplo claro de esto. Primero se esmera en buscar alimentos para él. Luego termina por "tirar" la comida para él a las apuradas sin ninguna muestra de que le importe en lo más mínimo. ¿Será acaso que lo ve como su hermano primero y luego comienza a tomar fuerza la visión del insecto? Me gusta pensar que toda esta pequeña tragedia encierra algunos de los grandes temas de la literatura que son, esencialmente, los temas con los que uno puede empatizar ¿Quién no se sintió alguna vez un insecto rechazado? afortunado sea ese.



 

Comentarios