Lo interesante de "Pedro Páramo" es que es una novela donde el tiempo de la narración se encuentra fragmentado; donde indigenismo e historia mexicana conviven; donde los narradores son diversos y las historias se narran desde distintos puntos de vista. Todas estas características no condensan la historia pero pueden dar un buen pantallazo aproximado de qué es lo que se va a tratar aquí.
No me interesa hacer, por otra parte, un resumen de la novela. Sabemos ya que uno de los narradores principales es Juan, quien desata la forma en que van a desarrollarse los acontecimientos al ir a Cómala; sabemos de la historia de Eduviges quien lo hospeda y poco a poco vamos desentrañando la historia de Pedro Paramo, que no es otra que la del pueblo.
La historia puede ser abordada desde diversos planos. Desde el punto de vista histórico tenemos una fecha aproximada entre los años de la revolución mexicana y su posterioridad. Me parece notable que si Cómala era en la memoria de la madre una tierra verde a los ojos del hijo se presente como una tierra maldita, desértica, más caliente que el infierno y con un pueblo muerto (literalmente muerto, porque los muertos aparecen y desaparecen por sus calles). Esto evidencia no solo que la estructura de la novela guarda una relación que ejemplica el fuerte atavismo que los pueblos rurales mexicanos guardan con la muerte sino también situaciones sociales propias de las regiones rurales de nuestra América: Caudillismo, patronazgo, latifundio forman parte de la novela de la misma manera que la conforma el elemento mágico o fantástico de los muertos que deambulan a plena luz del día.
Estas distintas cosmovisiones que conviven dentro de una misma obra y a menudo se superponen en forma de capas unas con otras es un rasgo que Rulfo va a compartir con algunos narradores latinoamericanos como Onetti o García Márquez (por marcar ejemplos de universos cerrados sobre sí mismos y reducidos al plano de la ciudad que semeja más un poblado latinoamericano que una gran ciudad europea), aunque también va a ser un rasgo característico de la producción de William Faulkner.
Voloshinov, crítico literario del circulo de Bajtín, publicó en 1929 un libro ("El marxismo y la filosofía del lenguaje) donde una de sus premisas fundamentales era la de sostener que era imposible analizar un discurso como una totalidad cerrada. Proponía entonces un análisis del lenguaje producido en relación a sus condiciones sociales de producción. Siguiendo este esquema sería fútil pensar en la historia como una totalidad abstraída donde simplemente existen distintos experimentos con el lenguaje que funcionan como piezas unidas bajo un común denominador. Dicho de otra manera, pensar en la novela de Rulfo solo como una muestra de experimentación poética dentro del marco de su México natal es reducirla y restarle parte de su valor como exponente del americanismo que explotaría unos años después de su publicación bajo el nombre promocional de boom de la literatura latinoamericana.
¿Entonces bajo que consigna puedo tomar como análisis Pedro Páramo? hay tanta posibilidad de análisis cómo es posible concebir. Algunas han sido señaladas anteriormente por otros sabiondillos de porra, a riesgo de no repetirme me interesa marcar que los mencionados universos cerrados (Santa María de Onetti, o Macondo de García Márquez) mantienen como Cómala una herencia colonial con el pasado. Las regiones son descritas y situadas en una temporalidad que siempre parece expresarse en tiempo pasado, esto merece destacarse porque puede ser leído como la marca que (mencionado anteriormente) Faulkner dejó en la literatura. El condado de Yoknapatawpha donde transcurren varias de sus novelas y donde situó la genealogía de varias de sus familias se corresponde muy bien con ese universo cerrado de Cómala, no por similitudes geográficas (nada más lejos que el Mississippi verde del sur contraponiéndose a un pueblo rocoso y árido de la geografía mexicana) sino porque ambos se tratan de lugares venidos a menos; donde flota un aura de viejos tiempos mejores y donde el tiempo les recuerda a los vivos que el lugar ha sido maldecido de una forma u otra. Se trata de lugares impermeables al tiempo, atrasados y atravesados por los fantasmas.
Rulfo declaró en 1975 que él no conocía a Faulkner para cuando escribió en 1955 la novela. Podemos no creerle ciertamente, solo me interesa señalar que la visión múltiple, la experimentación de las formas narrativas con un tiempo fragmentado donde pasado, presente y futuro se alternan sin orden cronológico, el regionalismo profesado, y el ya mencionado universo cerrado eran marcas distintivas del premio nobel Norteamericano.
Nadie puede negar que la obra de Rulfo sin embargo lleva las marcas de lo típicamente Americano. Lo mencionado con anterioridad (herencia colonial, mestizaje, caudillaje, regionalismo, atavismo religioso, revolución) son marcas distintivas de un gran narrador que maneja con una riqueza lingüística particular las peculiaridades propias de América Latina.
CristianV


Comentarios
Publicar un comentario